Bienvenidos a In Ollin ca Yoliztli

**La vida es movimiento**

viernes, 7 de marzo de 2008

Pemex: Desmantelando la paraestatal.

Entrevista que le realizó la periodista Carmen Aristegui a Andres Manuel López Obrador sobre un spot que el gobierno de Felipe Calderón realizó para pormover la privatización de la paraestatal.






miércoles, 5 de marzo de 2008

Fraude 2006

Con motivo de su aparición en DVD, el trailer del documental de Luis Mandoki.

Película que tuvo dificultades para su distribución en cartelera.

viernes, 29 de febrero de 2008

La guerra de la tortilla, por Noam Chomsky

La guerra de la tortilla y el orden internacional
La Nación, Chile,
Domingo 20 de Mayo de 2007

Noam Chomsky.
El caos que deriva del llamado orden internacional puede ser doloroso si usted es el blanco o la víctima del poder que determina la estructura de ese orden. Hasta las tortillas comienzan a jugar en este esquema.

En fecha reciente, en varias regiones de México, los precios de las tortillas subieron más del 50%. En enero, en Ciudad de México, decenas de miles de trabajadores y campesinos realizaron una demostración en El Zócalo, la plaza central de la ciudad, para protestar por el alto costo de las tortillas.

En respuesta, Gl gobierno del Presidente Felipe Calderón llegó a un acuerdo con productores y minoristas mexicanos para limitar el precio de las tortillas y de la harina de maíz, muy probablemente una solución temporal.

El alza de precios amenaza al producto principal de comida de los trabajadores mexicanos y los pobres. Forma parte de lo que nosotros podríamos llamar el efecto etanol, una consecuencia de la estampida de Estados Unidos hacia el producto energético basado en el maíz como un sustituto del petróleo, cuyas más importantes fuentes, por supuesto, están en regiones que desafían con más ahínco el orden internacional.

También en Estados Unidos el efecto etanol ha aumentado el precio de la comida en una apmlia gama, incluyendo otras cosechas, la ganadería y las aves de corral. La conexión entre la inestabilidad en el Medio Oriente y el costo de alimentar a una familia en Estados Unidos no es directa, claro está. Pero, como en todo comercio internacional, el poder inclina la balanza. Una meta principal de la política exterior de EEUU ha sido, por largo tiempo, crear un orden global en el cual las corporaciones norteamericanas tengan libre acceso a los mercados, recursos y oportunidades de inversiones. El objetivo es comúnmente llamado “libre comercio”, una posición que cuando se la examina colapsa rápidamente.

No es diferente a lo que Gran Bretaña, una predecesora en la dominación mundial, imaginó durante la última parte del siglo XIX, cuando adoptó el libre comercio, después de que 150 años de intervención estatal y violencia habían ayudado a la nación a conseguir un poder industrial mucho más grande que el de cualquiera de sus rivales.

Estados Unidos ha seguido en gran parte el mismo modelo. Generalmente, las grandes potencias se muestran deseosas de entrar en cierto grado limitado de libre comercio cuando están convencidas de que a los intereses económicos bajo su protección les va a ir bien. Esto ha sido, y sigue siendo, un atributo primario del orden internacional.
El auge del etanol continúa el modelo. Tal como lo indican los expertos en agricultura C. Ford Runge y Benjamin Senauer en el actual número de “Foreign Affairs”, “la industria del biocombustible ha estado por largo tiempo dominada no por las fuerzas del mercado, sino por la política y por el interés de unas pocas empresas grandes”; en gran parte, por Archer Daniels Midland, el productor más importante de etanol.
La producción de etanol es factible gracias a subsidios estatales sustanciales y a tarifas muy altas para excluir un etanol brasileño basado en azúcar, mucho más barato y más eficaz. En marzo, durante el viaje a Latinoamérica del Presidente George W. Bush, el único logro proclamado fue un acuerdo con Brasil para una producción conjunta de etanol.
Pero Bush, al mismo tiempo que declamaba la retórica del libre comercio para los otros a la manera convencional, enfatizaba que las altas tarifas para proteger a los productores de Estados Unidos se mantendrían, por supuesto junto con las muchas formas de subsidios gubernamentales para la industria.
Pese a las enormes ayudas a la agricultura, financiadas por los contribuyentes, los precios del maíz y las tortillas han estado subiendo con gran rapidez. Un factor es que los usuarios industriales de maíz importado de Estados Unidos comienzan a adquirir las variedades mexicanas más baratas usadas para las tortillas, incrementando así los precios.
El Tratado de Libre Comercio (TLC) de 1994, patrocinado por Estados Unidos, también puede jugar un rol significativo, que probablemente aumentará. El impacto del tratado fue inundar a México con exportaciones de agroempresas fuertemente subsidiadas, desalojando de sus tierras a productores del país azteca.
El economista mexicano Carlos Salas ha demostrado que después de un aumento estable hasta 1993, el empleo en la agricultura comenzó a declinar cuando el TLC entró en vigencia, principalmente entre los productores de maíz; una consecuencia directa del tratado, concluyen él y otros economistas. Una sexta parte de la fuerza mexicana de trabajo en la agricultura ha sido desplazada durante los años del TLC, y el proceso continúa. Eso reduce los salarios en otros sectores de la economía y propulsa la emigración hacia el vecino del Norte.
Max Correa, secretario general del grupo Central Campesina Cardenista, estima que “por cada cinco toneladas adquiridas a productores extranjeros, un campesino se vuelve candidato para emigrar”.
Tal vez sea más que una coincidencia que el ex Presidente Bill Clinton militarizara la frontera mexicana, previamente bastante abierta, en 1994, junto con la implementación del TLC.
El régimen de “libre comercio” conduce a México del autoabastecimiento de comida hacia la dependencia de las exportaciones de Estados Unidos. Y a medida que el precio del maíz aumenta en este país, estimulado por el poder de las corporaciones y la intervención estatal, uno puede anticipar que el precio de las materias primas puede continuar aumentando de manera drástica en México.
Cada vez más, los biocombustibles posiblemente van a “hacer pasar hambre a los pobres” del mundo, según Runge y Senauer, en la medida en que las materias primas sean convertidas en producción de etanol para los privilegiados. El casabe en el África subsahariana es un ejemplo palpable y ominoso de ello.
Mientras tanto, en el sudeste asiático, las selvas tropicales son taladas y quemadas para obtener aceite de palma destinado al biocombustible, y hay también en Estados Unidos amenazantes efectos en el medio ambiente a raíz de la producción del etanol basado en el maíz.
El alto precio de las tortillas y otros crueles caprichos del “orden internacional” ilustran la interconexión de los eventos, del Medio Oriente al Midwest, la región central de Estados Unidos, y la urgencia para establecer comercios basados en acuerdos verdaderamente democráticos entre las personas, y no en intereses cuya voracidad principal son las ganancias para las corporaciones protegidas y subsidiadas por un Estado que dominan ampliamente, sin importar el costo humano que ello conlleve.
(The New York Times Syndicate)

martes, 15 de enero de 2008

MEXICO 2006 EL FRAUDE EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES

Las últimas elecciones presidenciales en México fueron definitivamente degradadas por la ilegalidad. Una serie de notorias irregularidades fueron, ya desde los inicios del proceso político, las primeras señales de que el fraude electoral se estaba gestando desde diferentes instituciones, tanto públicas como privadas. Los medios masivos de comunicación, al empañar desde un principio toda la etapa publicitaria con una clara campaña de desprestigio y linchamiento político en contra del candidato Andrés Manuel López Obrador, fueron la primera parte del fraude, ya que predispusieron a los votantes con una serie de exageraciones, verdades a medias y simples calumnias destinadas a sembrar el miedo y orientar la votación a favor de los candidatos de la derecha. Es muy difícil calcular las enormes sumas de dinero que el sistema político y económico que gobierna actualmente a México debió haber dilapidado en esta primera parte del fraude político y electoral, pero es evidente que para las grandes empresas, la embajada norteamericana, la iglesia católica, el gobierno panista y los medios de comunicación masiva se trató de una inversión, ya que con posterioridad habrían de cobrarse, con el gobierno impuesto por el sistema, el gran favor político del linchamiento mediático de López Obrador.

Conforme el proceso avanzó y se llegó el momento de preparar las elecciones, nuevas y graves irregularidades y síntomas de ilegalidad se hicieron evidentes. El mismo Vicente Fox violó directamente la ley al pronunciarse públicamente a favor del candidato del PAN, como lo muestran videos y filmaciones que fueron incluso transmitidos por la televisión comercial. La iglesia católica, por su parte, dio inicio a una campaña de siembra de miedo que abarcó, desde los púlpitos, cientos de miles de localidades a lo largo y lo ancho de todo el territorio nacional. Pero aún así, las preferencias expresadas en los sondeos daban el triunfo al candidato de la Coalición por el Bien de Todos.

Finalmente, el día de las elecciones dio inicio a numerosos atropellos, violaciones a la ley e irregularidades que estuvieron claramente orientados a alterar el rumbo de la votación. Discrepancias entre los resultados preliminares por casillas y por distritos, urnas violadas, falsificación de los datos cibernéticos y muchas otras violaciones electorales retrasaron el resultado de manera similar al de otras elecciones que también habían sido fraudulentas y manipuladas, aunque por los gobiernos priistas, como la elección federal de 1988, en las que tomó el poder el infausto candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, quien, como se sabe, fue uno de los artífices más importantes del fraude en las elecciones del 2006.

Las conclusiones que los ciudadanos mexicanos podemos sacar de todo esto no son alentadoras sino, por el contrario, sumamente decepcionantes y desmoralizadoras. Es evidente que la ardua y prolongada lucha por democratizar al estado mexicano no ha tenido ningún éxito, ya que la funcionalidad de las elecciones se hace válida únicamente cuando beneficia a los partidos controlados por la derecha mexicana e internacional, o bien cuando resultados estrictamente locales o regionales le sirven al sistema para legitimarse, en un contexto que siempre garantiza el control último del sistema a manos del gran capital, los grupos conservadores, los narcotraficantes y los intereses del capital internacional. En este contexto, la clase media mexicana, las clases de bajos recursos, los pobres y los grupos indígenas no pueden encontrar ninguna esperanza de un futuro mejor ni de ver realizado el anhelo de un México democrático y justo, basado en el estado de derecho y el estricto apego a la legalidad.

jueves, 8 de marzo de 2007

La Vida es Movimiento

In Ollin ca Yolliztli: El Movimiento es Vida. La vida es movimiento.

Ciclo de ideas antiguas sobre el misterio original, el del proceso inabarcable de formas y de fuerzas que se desdoblan, se regeneran, se reinventan, cayendo y elevándose, rehaciéndose, otra vez y de nuevo, como las diatomeas, los árboles y los pájaros.

Ollin: la savia del árbol de hule en medio de la selva. La elasticidad y la fuerza de lo que sabe resistir, el movimiento. Yollotl: el corazón y la sangre, la Casa del Ser. Yolliztli: la corazoneidad, el latido que triunfa, la vida.

Lo que está vivo se mueve. Si se detiene, está muerto. Aunque la vida encuentre siempre sus nuevas direcciones por otros cauces, nuevos.

La Vida es Movimiento. Es dirección y es latido. El ideal de aprender a crecer, a resistir, de oponerse a la inercia de la quietud para poder sustentar (aunque no sea sino durante los precarios instantes del equilibrio) una visión o un sueño.